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16 de junio de 2020

El humanismo en la era digital: ¿Se ha perdido el humanismo o comenzaremos a hablar de tecnocentrismo?

Por: Carlos Alberto Jaramillo* e Iván Andrés Flórez**

 Introducción

 El humanismo desde la antigüedad hasta la era digital se ha movido al vaivén de la concepción del hombre en cada época, permeado desde las diferentes estructuras sociales, culturales, económicas y políticas de cada periodo. No obstante, cada humanismo fue desarrollándose con un sello característico que osciló desde humanismos antropocentristas en la antigüedad, en el renacimiento y en la modernidad, cada uno con sus matices y sellos particulares, a un humanismo teocentrista en la edad media, y finalmente, el humanismo tecnocentrista característico de la era digital. De acuerdo con ello, la situación nos lleva a plantear dos dilemas relacionados con el nuevo humanismo del siglo XXI: i) ¿existe realmente un humanismo en la era digital? y ii) ¿En el avance del desarrollo tecnológico, al final, el hombre seguirá teniendo un rol relevante o las máquinas tomarán su lugar?

1. Evolución del humanismo a lo largo de la historia del ser humano

  • Humanismo en la Antigüedad

El humanismo en la Antigüedad se puede evidenciar desde una mirada retrospectiva a las culturas griegas y romanas. El humanismo griego tenía el estudio del ser y el arkhe, que proporcionaban una educación clásica y fomentaba lo que podríamos llamar las cualidades humanas: “Los caballos nacen, se decía, pero las personas no nacen, se hacen” (Gaarder, 1994, p. 240). En otras palabras, la concepción del humanismo griego pregonaba que las personas se debían educar para ser llamadas personas. Bajo esta perspectiva, este humanismo tiene un espectro tan amplio que abarcaba asuntos tales como la naturaleza humana, las ciencias, la filosofía, las matemáticas, la ética, entre otras.

De esta manera, podemos recorrer el humanismo griego con las diferentes reflexiones existenciales de sus pensadores de la época. Verbigracia, el filósofo griego, Tales de Mileto (624 a 546 a. C), conceptúo la idea que el cosmos y su funcionamiento podía ser comprendido por el ser humano. Por otro lado, el reconocido matemático Pitágoras (580 a 475 a. C), por medio de la racionalidad de las matemáticas entendió la relación íntima con el mundo real. Aristóteles, Platón y Sócrates con sus estudios transformaron muchas áreas del conocimiento (Van Doren, 2006).

Por consiguiente, el humanismo griego logró evolucionar el conocimiento de la humanidad en dos esferas principales: i) se pasó de unas reglas pragmáticas relacionadas con la subsistencia del ser humano, a un conocimiento sistémico, es decir, un conocimiento organizado sobre la capacidad y cualidades de la mente de los hombres, de ese modo, creció el intelecto en las diferentes esferas; y ii) se democratizó el conocimiento del monopolio de la clase dirigente, y se convirtió en una cosa pública que podía ser estudiada, comprendida y cuestionada por todos a través de la educación (Gaarder, 1994). En conclusión, el humanismo griego recoge la capacidad del hombre de conocer y comprender la verdad del mundo a través de su raciocinio. Apoyándose en la ciencia y las matemáticas como herramientas del razonamiento puro para cuestionar todo. En otras palabras, el humanismo griego es antropocéntrico, ya que es a través del hombre y sus destrezas que se puede conocer lo desconocido.

Por otro lado, a pesar de que los Romanos aprendieron muchas cosas de los griegos, la practicalidad los diferencio, y con ello, venció la abstracción ideológica de los griegos, por lo que su humanismo también fue distinto. El humanismo romano se puede caracterizar en dos áreas: i) buscó democratizar las grandes ideas griegas para que fueran asequibles y atractivas para el gran público. A lo que varios pensadores de la época dedicaron sus vidas tales como el filósofo y poeta Lucrecio (99 a 55 a. C), el jurista y filósofo Cicerón (106 a 43 a.C.), y el filósofo Séneca (4 a.C a 65 d.C), entre otros.

y ii) se redujo el humanismo griego a un humanismo práctico. Es decir, los romanos no se centraron en continuar los dilemas existenciales, ellos entendieron que los griegos habían realizado un muy buen trabajo, por lo que los romanos usaron sus ideas para mejorar la calidad de vida de su pueblo. Así, por ejemplo, el derecho romano positivizo las antiguas costumbres con la finalidad de regular las interacciones sociales de los individuos. Conectaron los diferentes puntos del imperio por medio de carreteras. Se desarrolló una infraestructura al interior de las ciudades envidiables, como un sistema de acueducto que traía el agua desde lejanas montañas permitiendo que la ciudadanía pudiera expandirse sin límites (Van Doren, 2006).

En suma, el humanismo romano se constituyó bajo la imprenta del humanismo griego antropocéntrico, pero con la intención de poder materializar la grandeza del hombre en cosas tangibles, es decir, el derecho evidencio la integración del hombre con su entorno; las infraestructuras y las instituciones perpetraron la creatividad del hombre; las carreteras comunicaron al ser humano con lugares lejanos; las conquistas materializaron la magnificencia y el control del hombre; las cualidades oratorias se usaron como mecanismo de control sobre las masas, entre otras aplicaciones.

  • ¿Humanismo en la Edad Media?

El humanismo romano se debilitó por el lujo, la corrupción y la guerra civil, lo que permitió que las invasiones de bárbaros derrocar el gran Imperio Romano (410 d.c). Así, todo el andamiaje del Estado entró en declive, el derecho era insuficiente para regular las interacciones de las personas, el ingenio artístico y la filosofía no encontraron protagonistas. La formación intelectual se convirtió en obsoleta, ya no había profesores que la predicaran. Toda esa metamorfosis llevó a replantear la grandeza del hombre y su dependencia en sí mismo, para pasar a depender de un ser supremo, y a la incursión en una época, conocida como la Edad Oscura, que duró quinientos años (Gaarder, 1994).

El humanismo en la edad media, se puede comprender desde dos perspectivas, la primera, la relación entre el hombre y Dios, pues se cambió la racionalidad por la religión para comprender los dilemas del ser humano; y la segunda, como consecuencia de la primera, se cambió la ciudad terrenal del hombre, por la Ciudad de Dios (Van Doren, 2006 p. 157).

Por ello, el humanismo en la edad media está consolidado dentro del dilema de la razón intelectual y la razón natural. En donde la primera “es una especie de intruso en el reino de la comunión entre Dios y el hombre, pues la razón natural tenía que inclinarse ante el dirigente de la Ciudad de Dios” (Van Doren, p. 158 2006). En conclusión, con todo esto, el humanismo de la Antigüedad y la grandeza del hombre pasaron a un segundo plano, y el humanismo de la Edad Media se caracterizó por una dependencia absoluta de Dios, es decir, por un humanismo teocentrista.

  • Humanismo Renacentista: “… oh estirpe divina vestida de humano …”

El humanismo renacentista es conocido con amplitud por la nueva condición del ser humano de construir una nueva ciudad del hombre sobre las ruinas del mundo espiritual (Van Doren, 2006, p. 206). De esta manera, para reconstruir la ciudad del hombre, se usó el renacer de la cultura griega y romana desde el arte hasta el papel del ser humano en el cosmo.  Por ello, escritores humanistas como Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio dedicaron su vida a revivir y recrear los clásicos griegos y romanos, con la finalidad de que el público los pudiera entender, y despertar de esa dependencia absoluta de Dios. En este sentido, el humanismo renacentista intenta desarrollar una nueva fe en el ser humano y lo vuelve a colocar en el centro del mundo. Así, el ser humano es visto nuevamente como algo grande y valioso, y volvía a ser el punto de partida y llegada de cualquier dilema existencial (Van Dore, 2006).

Sin embargo, este humanismo renacentista se diferencia del humanismo de la Antigüedad, en su carácter individualista. El ser humano se comienza a desempeñar en todos los campos desde el arte hasta la ciencia. Y con este nuevo espíritu libre de desarrollo, las posibilidades de generación de conocimiento fueron ilimitadas. El objetivo fue sobrepasar todos los límites. Lo que llevó a un florecimiento impresionante en todos los campo: el arte y la arquitectura, la literatura, la música, la filosofía y la ciencia. Prueba de lo anterior, son los nuevos escritores tales como William Shakespeare (1564 a 1616), donde el hombre y la mujer fueron siempre el centro de sus obras; o Miguel de Cervantes (1547 a 1616 d.C), quien fue el primero en comprender que el nuevo mundo que se gestaba necesita héroes (humanos) así se volviera loco (Gaarder, 1994).

Es suma, el “humanismo renacentista”, en todas sus manifestaciones, colocó al hombre en el centro de todas las cosas, es decir, el hombre exaltaba sus capacidades para él y por él en su mundo antropocéntrico sin ningún limite.

  • Humanismo moderno

Pese a lo ya señalado, el renacimiento también trajo un nuevo concepto de la naturaleza. La naturaleza ya no era solo algo de lo que el hombre formaba parte, sino algo que se podía utilizar y aprovechar. El humanismo moderno se estructura en el silogismo: saber es poder, y a partir de este, comienza a intervenir su entorno y a intentar dominarlo (Gaarder, 1994). La inquisición poco a poco perdía legitimidad en el fundamentalismo religioso, la cual era opacada por los grandes avances de la época.  De esta manera, el humanismo moderno influyó en distintas áreas del conocimiento humano:

– Se comienzan a gestar las expansiones europeas a destinos desconocidos lideradas por Cristóbal Colón (1451 a 1506); las expansiones del comercio global del azúcar, las telas, el ron y la esclavitud, e incluso la transferencia de ideas, las cuales comenzaron a fluir entre Oriente y Occidente, y llevaron a la transformación del mundo. Por ejemplo, la pólvora, inventada por los Chinos alrededor del 1000 d.C, para hacer fuegos artificiales, fue transfigurado en el área militar, y llevó a la superioridad de algunas potencias.

– En la ciencia, el humanismo moderno planteó la invención del método científico en donde mediante experimentos se comprueba la validez de la hipótesis. Además de lo anterior pensadores como Nicolás Copérnico y su teoría Heliocéntrica; René Descartes Descartes con su teoría del conocimiento; o Isaac Newton quien estableció las bases de la mecánica clásica a través de sus tres leyes del movimiento y su ley de la gravitación universal, entre otros. Evidencian la capacidad del ser humano para conocer lo desconocido a través del pensamiento.

– En el ámbito económico, la división del trabajo por medio de procesos automáticos de producción desarrollo las bases de la Revolución Industrial. Y con ello, los modelos económicos se transforman rápidamente a modelos capitalistas de producción. Lo que llevó, también, a no sólo dominar la naturaleza y sus recursos, sino a otros seres humanos, y como consecuencia de ello, a la violación abrupta de sus derechos.

– En el ámbito social, se desarrollaron ciertas revoluciones: i) la Revolución de 1776 y la Declaración De la Independencia Norteamericana, donde se declaraba que “no solo los hombres son creados iguales sino que también están dotados de una serie de derechos que son inalienables (…) como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad” (Van Dore, 2006 p. 332); ii) la Revolución Francesa en 1789 con su lema de libertad, igualdad y fraternidad; y iii) la Revolución Gloriosa en Inglaterra, entre otras, y que marcan las tres revoluciones liberales burguesas.

– En el área militar, el saber del humanismo moderno no se quedo atras. Este presenció las dos guerras mundiales que marcaron el curso de la historia del hombre, y su nueva arma para controlar. Así, entre 1914 y 1918 se desarrolló la I Guerra Mundial, y entre 1939 y 1945 la II Guerra Mundial. El ingenio del hombre permitió en el contexto de la guerra desarrollar un arma nuclear capaz de dominar a los demás territorios a través del miedo y el poder.

– En el ámbito socio-político se planteó un nuevo horizonte. El triunfo de la democracia y la libertad del hombre. Con el derecho al voto se garantizo que las personas tuvieran la posibilidad libre de escoger a sus dirigentes, pues “el gobierno existe para el bien común de todo el pueblo”. Así, esta frase de Abraham Lincoln nos permite entender la importancia de la democracia en las nuevas naciones emergentes, pues los gobiernos “(…) pueden engañar a algunos siempre o a todos durante un tiempo. Pero no se puede engañar a todos todo el tiempo” (Van Dore, 2006 p. 432).

Finalmente, el humanismo moderno comenzó a desarrollar las bases de la nueva era digital, y también dejó su huella, con los desarrollos tecnológicos de la época tales como la creación de los primeros ordenadores, los medios de comunicación, y la aplicación de la tecnología en diferentes ámbitos. Verbigracia, la máquina de Pascal que fue la base para que Alan Turing descifrará el código enigma en la segunda guerra mundial. En suma, lo que ha dejado el humanismo moderno, como herencia, con relación a la tecnología, es una dependencia absoluta sobre la vida de las personas.

En conclusión, este nuevo humanismo antropocentrista, de la era moderna, plantea al hombre como un Dios, donde el hombre ya no se siente satisfecho con la reconstrucción de la Ciudad del Hombre, sino que intenta alcanzar la divinidad y la omnipresencia en todas las áreas. Así, se convierte que el único limitante del hombre es el mismo, esto es, su propia imaginación.

2. Reflexiones finales

El hombre griego era iconoclastas y aventurero, que cuestionaba todas las tradiciones y buscan cambiar todas las reglas establecidas. Aún más, el humanismo de la Antigüedad asumió un enorme riesgo al no ceder a nadie su libertad y responsabilidad individual. Lo cual no ocurrió en el humanismo de la Edad Media, en donde se oscureció la grandeza del hombre bajo la sombra de un Dios todopoderoso. Sin embargo, el humanismo renacentista rechazó el estado teocrático y la Ciudad de Dios, y asumió la responsabilidad de valorar la capacidad del ser humano y su ingenio en todo su esplendor. Finalmente, el humanismo moderno entendió la importancia del saber y el conocimiento para canalizar el poder y permear cada ámbito del hombre. No obstante, nosotros, el ser humano en la era digital, somos los herederos de estas decisiones y, con poquísimas excepciones nos hemos mantenido fieles a no ceder a nadie nuestra libertad y responsabilidad individual.

Se dice que los hombres hemos puesto en marcha un proceso que ya no somos capaces de controlar. En esta nueva visión de la era digital el datacentrismo ha tomado un lugar importante en la concepción del humanismo del siglo XXI, puesto que ahora la ciudad del hombre ha pasado a ser gobernada por los datos, que son el nuevo Dios en la era digital. Por ello, la civilización tecnológica sitúa al ser humano en un nuevo contexto que nos lleva a plantearnos dos dilemas: i) ¿existe realmente un humanismo en la era digital? y ii) ¿En el avance del desarrollo tecnológico, al final, el hombre seguirá teniendo un rol relevante o las máquinas tomarán su lugar?

Bibliografía:

Doren, C. V. (2006). Breve historia del saber: La cultura al alcance de todos. Barcelona: Planeta.

Gaarder, J. (1998). El mundo de Sofía: Novela sobre la historia de la Filosofía. Welt. Madrid: Ediciones Siruela.

Kirk, G. Raven, J. Schofield, M (1987). Los Filósofos Presocráticos. Madrid: Gredos.

Notas:

* Amante del derecho y especialista en temas ambientales; fui voluntario de Naciones Unidas en el programa del PNUD en el marco de cooperación Internacional para brindar asesoría jurídica a la Jurisdicción Especial para la Paz; soy autodidacta y entusiasta en el emprendimiento enfocado en modelos de negocios sostenibles y sociales; soy apasionado por el conocimiento y entendimiento de la tecnología en la coyuntura de la era digital y los espacios de reflexión que pueden emanar de la misma; finalmente, me dedico a constituir un bufete de abogados digital que pueda educar a través del derecho y que puede generar conciencia del humanismo que se ha venido perdiendo a través de las herramientas tecnológicas.

**  Abogado de la Universidad Libre y candidato a la Maestría de Derecho Informático y nuevas tecnologías de la Universidad Externado de Colombia; amante de la filosofía y aficionado a la tecnología. A temprana edad descubrí la pasión la por la tecnología y la computación; al cabo del tiempo quería fusionar mi vocación con mi talento y estudie Derecho para poder combinar la tecnología y las leyes; asi pues, Obtuve el título de Abogado con mi monografía sobre decisiones judiciales de suplantación de sitios web para capturar datos personales de consumidores financieros.